En 2022, la mayoría de las mujeres rurales trabajaban en Agricultura, Pesca o Minería (77,8%), seguido por Servicios (9,7%) y Comercio (9,3%). Los hombres rurales tenían una distribución similar, con un 77,3% en Agricultura, Pesca o Minería, un 10,8% en Servicios y un 6,8% en Construcción. En comparación, las mujeres urbanas principalmente trabajaban en Servicios (49,4%) y Comercio (30,7%).
La mayoría de las mujeres rurales trabajan en empresas pequeñas de 1 a 5 empleados (92,3%), mientras que solo el 84,6% de los hombres trabajan en estas empresas. Solo el 4,0% de las mujeres rurales trabajan en empresas grandes de 51 o más empleados, comparado con el 7,0% de los hombres. Además, un mayor porcentaje de mujeres rurales trabajan como trabajadoras familiares no remuneradas (37,4%) en comparación con los hombres (15,9%), mientras que menos mujeres rurales eran dependientes (13,2%) en comparación con los hombres (30,3%).