Por: Jorge Paz Villalobos
Director de Economía de la Cámara de Comercio de Cusco
Los millennials, cuya edad actualmente oscila entre los 26 y los 40, son percibidos como la generación más grande y diversa American Marketing Association (AMA). Fue esta generación que vio dar inicio a los teléfonos inteligentes y la conectividad. Entonces, de alguna manera, estaban en el lugar correcto en el momento adecuado para desarrollar grandes ideas sobre su papel en el mundo.
El panorama del emprendimiento en el Perú está en auge; Actualmente, muchos peruanos y en especial los millennials prefieren crear su propia empresa y existen muchas razones como ser tu propio jefe, el deseo de autorrealización y la vuelta al mercado laboral, es en ellos que atravesado más la cultura emprendedora y tienen más formación para ello.
Sin embargo, no es un camino de rosas. Ellos deberán hacer frente a trabas como, la financiación que es el mayor obstáculo que encuentran los emprendedores peruanos cuando tratan de poner en marcha un nuevo proyecto o de dar un impulso mayor al negocio que ya funciona, también entorpece un sistema tributario difícil de afrontar y un enraizado miedo al fracaso.
Según la Encuesta Anual de Millennials 2020 elaborada por Deloitte Perú, 32% de los consultados considera que el estrés es una razón legitima para tomarse un tiempo libre en el trabajo, El 45% son optimistas con respecto a los esfuerzos para proteger y sostener la salud del planeta, respecto de su visión de los negocios y el mundo empresarial en los dos últimos años ha disminuido la percepción con respecto al impacto positivo que generan las empresas en la sociedad de un 72% en 2018 a un 50% en 2020.
Es importante facilitar el terreno al emprendimiento: La infraestructura tecnológica, un sistema educativo que enseñe las habilidades requeridas para comenzar un negocio propio y un panorama regulatorio entendible y sobre todo viable.
Hoy tenemos la responsabilidad de compensar el déficit señalado y de ayudar a esta generación asombrosa, idealista y fantástica a construir su confianza, a aprender a ser pacientes a aprender las habilidades sociales para encontrar un balance entre la vida y la tecnología.
La cuestión está ahora en las motivaciones que llevan a las personas, especialmente a los millennials a emprender ya sea por necesidad o vocación o como estilo de vida, y parece que el espíritu emprendedor va despertando en muchos de los jóvenes.
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