La deficiencia de micronutrientes, especialmente del hierro, tiene un impacto significativo en la salud y el desarrollo infantil. La anemia por deficiencia de hierro, en particular, puede afectar negativamente el desarrollo cognitivo, siendo crucial durante el periodo crítico de crecimiento y diferenciación cerebral. La suplementación con micronutrientes, especialmente con hierro, es una intervención eficaz para reducir la prevalencia de anemia en menores de 36 meses, conforme a las recomendaciones de la OMS para países con prevalencias superiores al 20%.
En el año 2023, el 32,0% de niñas y niños de 6 a 35 meses consumieron suplemento de hierro en los siete días previos a la Encuesta. Este porcentaje representa una disminución de 1,4 puntos porcentuales respecto al año anterior (33,4%) y un aumento de 0,7 puntos porcentuales en comparación con el año 2018 (31,3%). La tendencia sugiere una ligera variación en la cobertura de suplementación con hierro, destacando la necesidad continua de promover y asegurar el acceso a estas intervenciones nutricionales.