La fecundidad adolescente en Perú es un tema relevante debido a sus implicaciones sociales, económicas y de salud. Los embarazos en esta etapa de la vida suelen estar asociados a patrones culturales en ciertas regiones y grupos sociales, a menudo ocurriendo en parejas que no conviven o en uniones consensuales que terminan con el abandono de la mujer y su hija o hijo, generando el problema de la madre soltera. Además, muchos embarazos adolescentes concluyen en abortos realizados en condiciones inseguras, ya que el acceso a servicios médicos especializados es limitado y costoso, y el aborto es ilegal en el país. La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) de 2018 amplió el rango de edad de las mujeres en edad fértil, abarcando desde los 12 hasta los 49 años. A partir de esto, se identificaron dos grupos de adolescentes: aquellas entre 15 y 19 años, y las de 12 a 17 años.
En el grupo de adolescentes de 15 a 19 años, el 8,2% había estado embarazada alguna vez. De ellas, el 6,7% ya eran madres, mientras que el 1,5% estaba gestando por primera vez. El porcentaje de adolescentes embarazadas es significativamente mayor en las zonas rurales (17,1%), siendo el 14,3% madres y el 2,8% embarazadas por primera vez. Por región, la selva presenta el mayor porcentaje de adolescentes embarazadas (1,9%), en comparación con la costa (1,4%). Además, el nivel de bienestar influye en estas cifras, con el 14,8% de adolescentes madres perteneciendo al quintil más bajo de riqueza, porcentaje que disminuye a medida que aumenta el nivel de bienestar.