“ESPÍRITU EMPRENDEDOR” EN EL PERÚ Y EN EL CUSCO: ¿ILUSIÓN O REALIDAD?

Si existe alguna característica por la que los peruanos hemos sido catalogados al menos, durante los últimos años, es sin duda alguna, por el “espíritu emprendedor” que llevamos dentro. Y así lo demuestran los resultados de los informes realizados por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), proyecto creado el año de 1997 por el Babson College y el London Business School. Es además considerada, como la más grande iniciativa a nivel global para el desarrollo de investigaciones sobre emprendimiento mundial.

No cabe espacio para las sorpresas, pues los resultados obtenidos a partir de inicios del presente milenio, específicamente a partir del año 2004, nos ha colocado como uno de los principales países, no sólo de la región, sino de todo el mundo, que desarrolla iniciativas empresariales y de emprendimiento muy por encima del promedio de Latinoamérica.

El Perú tiene el ratio más alto de empresas por habitante [1], y el año 2007 fuimos considerados como el país más emprendedor del mundo solo por detrás de Tailandia. [2] Sin embargo, pese a que estas estadísticas nos enorgullecen y nos hacen sentir que estamos avanzando como país, o como región, las cosas no son como parecen.

Existen varios motivos que durante los últimos años, han afectado directamente al desarrollo y al crecimiento de los emprendimientos, como: el uso limitado de la tecnología, falta de capital, incapacidad para la obtención de créditos, mortandad empresarial, desdén o falta de apoyo gubernamental, trabas burocráticas, corrupción, informalidad, etc.

Por este motivo, es sumamente necesario analizar los últimos datos, en este caso, de la Región del Cusco, para poder identificar causales, que puedan dar respuestas a esta tendencia a la baja en los índices de desarrollo empresarial, que viene afectándonos durante los últimos años.

Uno de estos elementos de análisis es la competitividad. Cusco se encuentra en el puesto 10 de 25 regiones en cuánto a este índice se refiere, muy por debajo de regiones como Lima, Ica, Arequipa y Moquegua. Esta información podríamos extenderla al punto de encontrar el por qué, una de las regiones más ricas del país, con una de las más altas tasas de afluencia turística, se encuentra rezagada en cuanto a infraestructura, instituciones (burocracia), obtención de créditos, educación, etc. se pueda referir.

La cantidad de emprendimientos de nuestra ciudad (la gran mayoría enfocada al sector turismo) es realmente sorprendente. Sin embargo, muchas de estas laboran informalmente y otras son disueltas por falta de educación o de ausencia de conocimientos estratégicos o financieros. La tasa de informalidad más alta por categoría ocupacional, se encuentra en el sector independiente (49.5%), es decir, en todos aquellos que han decidido comenzar un negocio por cuenta propia. Por actividad económica, comparando con el año del 2020 son los sectores de Servicios (17.8%) y de Comercio (15.8%), con 123,325 y 109,342 emprendimientos respectivamente, quienes mostraron un mayor incremento de informalidad, de +26% y +35% según corresponda.