Por: Alejandrina Carmen Arróspide Poblete
Directora de Turismo en la Cámara de Comercio de Cusco
Nuestro Patrimonio Cultural valorado mundialmente por sus indiscutibles cualidades de originalidad, conservación y belleza, han logrado posicionar al Perú como uno de los destinos más preciados para todo viajero; este hecho se ha visto reflejado en el crecimiento acelerado de la industria del turismo a nivel nacional. Machupicchu sin duda el ensueño de los visitantes es así mismo el ancla para la oferta de la variedad turística nacional y sudamericana, países hermanos posicionan sus productos a partir de esta maravilla.
“….De acuerdo a la Cuenta Satélite del Sector Turismo (CST) elaborada por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), en 2015 el Producto Bruto Interno (PBI) turístico alcanzó los S/ 23.5 miles de millones, una contribución del 3.9%. Según cifras contenidas en el Plan Estratégico Nacional de Turismo (PENTUR), la actividad genera a nivel nacional alrededor de 1.3 millones de empleos directos e indirectos. Asimismo, es el segundo sector con mayor aporte de divisas, sumando USD 4,784 millones en 2019; un monto que ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años.”
Estas cifras nos muestran la importancia del turismo como actividad económica a nivel nacional, la tercera actividad más importante al 2019.
La región del Cusco privilegiada por sus atributos, logró posicionarse como la de mayor crecimiento económico en un periodo de diez años a nivel nacional, esto gracias a nuestro patrimonio y subsecuente actividad turística; las estadísticas mostraban por miles a los emprendimientos y empresas ligadas al sector como son: Agencias de viajes, tour operadores, transporte turístico, hoteles, restaurantes, Licenciados en turismo, Guías de turismo, aventura, turismo rural comunitario, Artesanos, Porteadores, Arrieros, Cocineros de campo, actividades y servicios conexos.
El Cusco después del Covid-19, ha sufrido como ninguna otra los efectos de la pandemia, pues gran parte de la población dependía directa e indirectamente de los recursos de la actividad turística y son duras las cifras: Solo el 10% de las agencias de viaje y hoteles han logrado el sello Safe Travels, ningún emprendimiento rural aun ha sido certificado y se encuentran inactivos, los artesanos están solo a nivel de iniciativa local con 10% de actividad, la mayor parte de los Licenciados y Guías de turismo se encuentran desarrollando cualquier otra actividad para sobrevivir.
Si bien es cierto se han ofrecido los fondos de Reactiva I y II, FAE Turismo, pero estos no han alcanzado a la mayoría de los actores del turismo y hoy debido a la incertidumbre mundial que provoca la enfermedad y la economía, las empresas están en emergencia, urge tomar medidas laborales, sociales y económicas como nuevos fondos para la innovación e investigación, fideicomisos regionales, concursos más inclusivos, compra de deuda por parte del Estado, acceso al capital con menores tasas por emergencia del sector.
La inactividad, inacción e indiferencia son solo un retroceso en el desarrollo sostenible del Perú, esta actividad ha generado mayores y mejores oportunidades a nuestra Patria por lo que en su bicentenario estamos llamados a ser solidarios con quienes siguen apostando por EL TURISMO.