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DESCONECTADOS EN PANDEMIA

¿Alguna vez imaginaste que el internet fuese indispensable en nuestra vida cotidiana? Esto ya no es pura imaginación, es un hecho.

Por: Nohelia Gutierrez Huañec
Centro de Estudios Empresariales de la Cámara de Comercio de Cusco

¿Alguna vez imaginaste que el internet fuese indispensable en nuestra vida cotidiana? Esto ya no es pura imaginación, es un hecho.

A raíz de la pandemia del COVID-19 y la nueva normalidad en la adopción virtual de modalidades laborales, educativas y actividades sociales, se destapa la existencia de brechas digitales. Una clara muestra de ello es que en el 2020 sólo el 12% de los hogares cusqueños tenía acceso a internet.

Ésta marcada desigualdad en el acceso a una conexión de internet, genera pérdidas de oportunidades y suma desventajas a la hora de obtener información y datos que están en internet. Para aquellos que no cuentan con una conexión, la educación en pandemia fue inaccesible, en la región de Cusco 32 mil 630 escolares no tenían acceso a las clases virtuales por falta de conectividad y recursos económicos. Esta cifra representaba un 11% en deserción escolar, según el reporte emitido por la Dirección Regional de Educación de Cusco (DREC) en setiembre de 2021.

En la provincia de Paruro, el 94% de las instituciones educativas no contaba con acceso a internet, siendo así la provincia con menor conexión en comparación al resto de provincias de Cusco, de acuerdo con el Censo Escolar 2020 del Ministerio de Educación. Lo que significa una pérdida en educación de calidad y por ende a largo plazo será un costo sobre el capital humano. La brecha de acceso y conectividad es más profunda para la población de seis años y  que habita en zonas rurales, al primer trimestre del año 2021 solo el 15% accede a internet.

En el año 2014 se puso en marcha el proyecto emblemático “Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica RDNFO”, el objetivo del proyecto fue la integración de todas las capitales de Perú mediante el despliegue de redes de alta velocidad, con la finalidad de ofrecer el servicio de banda ancha en todo el territorio nacional, de este modo conectar directamente a seis millones de peruanos a los que todavía no llega un servicio de internet de alta velocidad. Si bien el fin es bueno, el funcionamiento del RDNFO no cumplió con los resultados planteados, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a diciembre del 2020 solo se utilizó el 3.2% de la capacidad instalada y los ingresos cubrieron únicamente el 7.7% de los costos de mantenimiento.

Entre los años 2015 y 2020, el gobierno estatal realizó pagos por un total de US$265 millones por retribuciones de inversión, mantenimiento y operación, lo que representa un monto de cofinanciamiento mayor en 192 millones de dólares (cerca de 730 millones de soles) al estimado durante la estructuración del proyecto. Esto genera un claro déficit para el estado peruano y sumado a esto, el no cumplimiento al acceso de banda ancha a regiones más apartadas del Perú.

Aunque en julio del 2021, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones MTC, canceló la concesión que permite a la empresa Azteca Comunicaciones explotar la Red Dorsal, se espera que ahora después de la experiencia aprendida se pueda alcanzar la conectividad deseada, que hace tanta falta a la región y al país para alcanzar oportunidades de desarrollo. Puesto que, según estudios, el aumento del 1% en la penetración de la banda ancha móvil en zonas rurales produce un incremento del 0,15% del producto bruto interno (PBI) de un país; mientras que el aumento del 1% de la banda ancha fija produce un incremento del 0,08% del PBI.

El estado debe incentivar este tipo de inversiones para expandir las redes de comunicación y trabajar en conjunto con el sector privado, para así eliminar las actuales brechas digitales.

– “Estar conectados es una necesidad básica y el internet es un medio para adquirir información como de conectar una sociedad con el mundo”.