La transición de la lactancia materna exclusiva a una dieta que incluye alimentos complementarios es crucial para satisfacer las crecientes necesidades nutricionales de las niñas y niños a partir de los seis meses de edad. Este periodo, que abarca hasta los 24 meses, es especialmente vulnerable para el estado nutricional, y la calidad de los alimentos introducidos es determinante para el desarrollo y crecimiento adecuados.
En el 2023, se observa que el 96,4% de las niñas y niños de 6 a 35 meses que viven con su madre recibieron alimentos ricos en vitamina A en las últimas 24 horas. En cuanto a los alimentos ricos en hierro, el 92,6% de estos menores también los consumieron durante el mismo periodo. Sin embargo, los porcentajes más bajos se registran en el grupo de 6 a 8 meses de edad, con 85,9% y 77,3%, respectivamente, reflejando una menor cobertura en este rango etario.